De la música al luto: Torre cae y Mata a Dos Fotógrafos En Festival Mexicano.

DJ

7 de abril de 2025

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De la música al luto: Torre cae y Mata a Dos Fotógrafos En Festival Mexicano.

Lo que prometía ser una celebración de la música y la cultura terminó teñido de duelo. El primer día del Festival Axe Ceremonia 2025 se interrumpió abruptamente cuando una estructura de señalización, movilizada por una grúa cercana al escenario principal, colapsó debido a una ráfaga de viento. El accidente cobró la vida de dos jóvenes fotoperiodistas, Miguel Ángel Rojas Hernández y Citlali Berenice Giles Rivera, quienes cubrían el evento para el medio independiente Mr. Indie.

La escena fue devastadora. Testigos afirmaron que el impacto fue letal. Una de ellas, Alejandra Correa, narró entre lágrimas que Berenice falleció en el acto, mientras que Miguel agonizaba con una fractura expuesta. “No sobrevivieron, y lo sabíamos desde el primer momento. Decir lo contrario en los comunicados oficiales fue una mentira”, denunció durante una protesta organizada en memoria de las víctimas.

La noticia provocó una ola de indignación en redes sociales. Aunque Mr. Indie expresó que su enfoque inicial fue el acompañamiento humano más que la respuesta pública, familiares y colegas de los fallecidos desmintieron cualquier contacto formal o muestra de solidaridad por parte del medio. Más allá del duelo, la tragedia destapó algo más profundo: la precariedad normalizada en el mundo del periodismo independiente, particularmente en entornos culturales y artísticos.

El domingo siguiente, una velada de protesta se llevó a cabo en la entrada del Parque Bicentenario. Periodistas, fotógrafos y manifestantes encendieron veladoras y colocaron flores donde ocurrió el accidente. Pancartas con frases como “No fueron accidentes, fue negligencia” y “Ninguna pasión debería costar la vida” dejaron claro que este caso ya no se trata solo de un lamentable suceso, sino de una exigencia urgente de justicia laboral.

Y es que detrás de una acreditación para cubrir un festival suelen esconderse realidades laborales indignas: contratos inexistentes, falta de seguridad social, salarios simbólicos —cuando los hay— y nulas medidas de protección. En muchos casos, lo que se ofrece a cambio es “visibilidad” o la oportunidad de estar cerca de la escena. Pero esa visibilidad no protege cuando las cosas salen mal.

Estefanía Rueda, abogada laboral, aclara que incluso sin contrato, si hay subordinación —pagos, horarios, instrucciones— la relación laboral existe. Y con ello, también la responsabilidad del empleador. Los familiares, en este caso, podrían tener derecho a indemnización, gastos funerarios y prestaciones pendientes, pero primero deben atravesar un proceso legal ante el Tribunal Laboral.

El evento continuó pese a todo. Aunque la alcaldía de Miguel Hidalgo anunció su suspensión la noche del sábado, testimonios aseguran que el festival no se detuvo completamente sino hasta la madrugada. La Fiscalía capitalina ha iniciado una investigación para determinar responsabilidades, mientras la alcaldía señala que los organizadores no informaron sobre el uso de grúas, un cambio de último minuto que no estaba autorizado. Sin embargo, videos promocionales muestran que estas estructuras ya formaban parte del plan logístico del evento desde antes.

El Festival Ceremonia, que desde 2013 ha reunido a decenas de miles de asistentes, vuelve este año con un halo distinto. Artistas como Massive Attack o Charli XCX estaban en el cartel, pero los nombres que más resuenan hoy son los de Miguel y Berenice. No como parte del show, sino como recordatorio doloroso de que la pasión por documentar el arte y la cultura no debería pagarse con la vida.

Lo que ocurrió en Ceremonia no puede ser entendido únicamente como un accidente. Es también un síntoma. La precariedad laboral, normalizada en muchos sectores creativos, pone en riesgo a personas reales que hacen posible que la cultura se documente y se viva. Hoy, la conversación no gira solo en torno al dolor de una pérdida, sino a las preguntas que deja: ¿quién contrató a los fotoperiodistas?, ¿qué respaldo tenían?, ¿qué protocolos de emergencia existían?, ¿quién responde ahora?

En un país donde ejercer el periodismo implica ya múltiples riesgos, resulta doloroso pensar que cubrir un festival de música —un espacio de celebración— también pueda terminar en tragedia. Los homenajes son necesarios. Pero también lo es la justicia. Y en este caso, la justicia empieza por reconocer que la pasión por la cultura no debe costar la vida.

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