
En Eslovaquia montaron un rave que dejó a medio mundo boquiabierto: para los 75 del arzobispo Bernard Bober, el Vaticano permitió que la plaza de una catedral del siglo XIV se transformara en una rave litúrgica. El responsable del desorden controlado fue el padre Guilherme, cura y productor, que montó láseres, visuales y un sonido pesado frente a la Catedral de Santa Isabel.
La escena subió de nivel cuando el cura soltó Dear Young People, un track suyo para hablarle directo a la nueva generación.