Taxistas Robots Superan En Tiempo De Trabajo Diario 99% Más Que Un Humano En Uber – Austin

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12 de mayo de 2025

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Taxistas Robots Superan En Tiempo De Trabajo Diario 99% Más Que Un Humano En Uber – Austin

Desde marzo de 2025, algo ha cambiado en las calles de Austin. Los tradicionales taxis amarillos y autos de rideshare ahora comparten el camino con una nueva especie sobre ruedas: los vehículos autónomos de Waymo, la filial de Alphabet. Según el CEO de Uber, Dara Khosrowshahi, un Waymo promedio realiza más viajes al día que el 99 % de los conductores humanos en la ciudad. No es ciencia ficción: es una realidad que ya se traduce en cifras y que está incomodando a más de un conductor de carne y hueso.

Uber apostó hace años por la conducción autónoma, y ahora comienza a recoger frutos. Con una flota de cerca de 100 Waymos en operación en Austin, la compañía ha logrado niveles de utilización altísimos y valoraciones positivas por parte de los usuarios. Los autos sin conductor no solo están siendo aceptados, sino preferidos por muchos pasajeros por su puntualidad y eficiencia. En paralelo, Uber ha firmado acuerdos similares en otros continentes, acelerando su estrategia global.

A nivel financiero, el trimestre fue brillante: ingresos de 11.530 millones de dólares, beneficio por acción de 0,83 USD y un EBITDA ajustado récord de 1.900 millones, un 35 % más que el año anterior. Además, los viajes aumentaron un 19 % por tercer trimestre consecutivo, y la plataforma alcanzó los 170 millones de usuarios activos mensuales. El crecimiento no se detiene, y el próximo paso es ampliar la flota en Austin y lanzar el servicio en Atlanta.

Pero no todo son aplausos ni estrellas en la app. Detrás del entusiasmo por la eficiencia de los robots, hay quienes observan con inquietud el costo humano del avance tecnológico. ¿Qué pasa con el taxista que lleva décadas conociendo cada calle de memoria? ¿Con el conductor que convirtió su carro en sustento familiar? La precisión algorítmica tiene un precio, y no todos están dispuestos a pagarlo con su trabajo.

Aun así, los autos siguen circulando, las alianzas se multiplican, y el silencio del motor eléctrico apenas deja espacio para la nostalgia. La movilidad del mañana ya no necesita espejos retrovisores: solo mapas, sensores y una conexión estable. Puede que el volante todavía exista, pero el control ya cambió de manos. Y no, no son humanas.

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